UNIVERSIDAD SECUESTRADA


Por: Cirilo J. Rincón Aguilar.

Nada que sentir en contra de las organizaciones sindicales surgidas como producto de 300 años de evolución social.

Los orígenes mas remotos nos llevan al desembarco mismo de los conquistadores Ibéricos, a la esclavitud a las encomiendas, al despojo de los bienes naturales de pobladores originarios de las tierras costeras y del altiplano y de la vida misma de los conquistados, de ahí a la Independencia, la Revolución y a las luchas de los movimientos sindicales en materia laboral de la era moderna.

El sindicalismo surge entonces como una verdadera necesidad de agrupamiento contra la voracidad de los empleadores de la mano de obra. A favor de esta conquista de la clase trabajadora recogida y amparada por la Constitución General de la Republica y su Ley secundaria nos pronunciamos.

Que quede claro, lo que la Universidad Veracruzana padece son los insaciables apetitos extrauniversitarios del Sindicato Estatal de Trabajadores al Servicio de la Universidad Veracruzana (SETSUV) y su dirigencia y no una verdadera lucha reivindicatoria por los derechos de los trabajadores que son la mayoría y que desde luego desaprueban los agravios a la institución universitaria.

Los moldes tradicionales de los que surgieron, crecieron y se enriquecieron dirigentes de todas las agrupaciones gremiales habidas y por haber con preclaras excepciones, ha sido siempre la misma: Amedrentar con el entallamiento de huelga luego de la entregar del pliego petitorio, es decir, con esta mano te entrego mi pliego pero en la otra traigo el garrote, sin considerar que en el caso, en la Universidad Veracruzana no hay mas utilidad que la de formar a la juventud.





Si no me pagas te pego, si no me das te cierro, es la filosofía en esta absurda lucha que tiene a la Universidad secuestrada, ¿Pero y la Institución educativa? Esa que formo a los propios dirigentes a sus hijos y a los hijos de sus hijos y a todos los egresados de la misma ¿A qué queda reducida?, es la pregunta que los universitarios y la sociedad en general nos formulamos.

Mal por doña Eloina Vargas Merino a quien la lucha universitaria ya le hizo justicia versus pópulo, ella solo ve por sus personales intereses sin importarle la pérdida millonaria que en términos de desarrollo social, científico y cultural afecta irreparablemente a nuestra Alma Mater.

Tiene razón el Gobernador Fidel Herrera Beltrán cuando afirma que las demandas del Sindicato Estatal de Trabajadores al Servicio de la Universidad Veracruzana (SETSUV) “debería ser racional” y moderna en cuanto a la forma y fondo de encausar la defensa de lo que debe ser común a las partes. La Universidad no son solo los edificios y muebles, la comunidad universitaria la integran además los catedráticos, los trabajadores técnicos, manuales y los estudiantes; luego entonces, el Arte, la Ciencia y la Luz como reza la misión de la Universidad, son intereses superiores que todos deberíamos cuidar.

Al parecer, solo al parecer doña Eloina está pensando que los 2 mil 700 millones de pesos que este año el Gobierno del Estado destina al presupuesto de la Universidad Veracruzana, (300 por ciento mas que cualquier otro Estado de la Republica mexicana) son solo para el pago de nomina cuando en realidad lo es para poner el prestigio de la Universidad Veracruzana en los primeros planos nacionales y en ese proyecto supremo, la sociedad en su conjunto deberíamos apoyar.

Que la Universidad deje de ser rehén de unos cuantos es reclamo popular.